Lo que generalmente se hace es recolectar todas las botellas en una bolsa o recipiente hasta tener las suficientes para llevarlas al supermercado. Es allí donde están instaladas una máquinas "inteligentes" como yo las llamo, porque sólo les falta dar los buenos días o buenas tardes. Se van depositando las distintas botellas de plástico o vidrio, latas, etc y la máquinas las van contabilizando, cuando se termina el proceso hay dos botones para pulsar: uno es para imprimir el ticket o recibo donde se indica la cantidad de botellas o latas y el dinero recuperado; el segundo botón es para donar el dinero a una ONG.
La gran mayoría de jóvenes y no tan jóvenes retira el recibo y se acerca al cajero/a del supermercado para cobrar su dinero; otros lo utilizan como moneda de cambio para pagar los productos que compran en el mismo supermercado. En los últimos tiempos también se puede apreciar que cuando hay algún festival de música, conciertos o simplemente en las zonas de pubs y bares de las distintas ciudades; siempre hay un inmigrante, generalmente groenlandés (colonia de Dinamarca) que se encarga de recolectar los envases y así obtener más dinero para comer o para beber, porque lamentablemente hay un número considerable de groenlandeses que son alcohólicos; aunque últimamente también he visto algunas personas de origen árabe (como refugiados kurdos o somalíes). Nadie les dice nada porque es una forma de ayudar a la limpieza de las calles y porque conocen la situación de dichas personas.
Pero volviendo al tema del reciclaje, muchas veces quienes vivimos en esta sociedad y venimos de fuera, criticamos la extrema vigilancia que hay por parte, no tanto de las autoridades, sino de los mismos vecinos, que cuando ven que alguien hace algo que no está dentro de la norma, como dejar muebles viejos en lugares no establecidos, o no depositar el cartón en los correspondientes contenedores, inmeditamente te señalan con el dedo o lo comentan con las autoridades. A veces pienso que si en España fuéramos más cívicos o nos vigiláramos entre notrosos, quizás seríamos más conscientes de la importancia de respetar las normas cuando se vive en comunidad y tendríamos, entre otras cosas, más consciencia a la hora de reciclar, sobre todo si nos devuelven dinero por las botellas.