jueves, 24 de abril de 2014

Emigrante o inmigrante

Cada día en mi nueva vida me hace pensar, evaluar y sopear los pro y los contra de esta aventura. No es nada fácil, al contrario, pienso que es un acto de valentía, sobre todo cuando ya no se tiene 20 años... Este post está dedicado a todos aquellos que han dejado atrás sus lugares de origen, especialmente dedicado a mi gallega querida, Encarna Gómez, los ojos más lindos que he visto nunca y mi adorado José Antonio Villalobos.

Mirando hacia el futuro con mi gallega linda.
Para todos aquellos que no tenéis la necesidad, el ánimo o el valor de volar lejos y empezar una nueva vida os comento que es muy duro, a veces extremadamente difícil empezar de nuevo porque estamos acostumbrados a nuestra "zona de confort", y pensamos que es imposible  salir de ella sin sufrir daño alguno, la verdad es que al principio se sufre, pero si se tiene la mente abierta y las ganas de luchar la aventura se torna de muchos colores y no solo gris. Los que hemos emigrado a un país donde no sólo hay que adaptarse a la cultura, sino también al idioma, entenderéis, que para mí los miércoles por la noche, los espere como "agua de mayo" porque es el único día que puedo hablar castellano sin tener que "explicar" lo que quiero decir.
Yo no tengo ningún problema con el inglés, al contrario, es un idioma que adoro, pero hablar en castellano y "cagarme en la ostia" o usar "el pijo" cuando quiera, siempre es mucho mejor. Estoy convencida que la clave del éxito para nosotros los emigrantes o inmigrantes es el deseo, y no sólo la necesidad de adaptarnos al país de acogida, ya que no podemos esperar que "ellos" cambien sus hábitos por nosotros. Por ejemplo, ahora me he acostumbrado a desayunar a las siete de la mañana, comer a las 12 y cenar a las 18 horas; a utilizar la bicicleta para todo (incluso para salir de fiesta), a comer pan negro (en realidad a mi siempre me ha gustado); a respetar que cuando un danés me habla, no me mire a la cara o no se acerque mucho a mi porque no quiere invadir mi espacio ni mi intimidad (con lo besucona y tocona que soy), a respetar todas las señales de tránsito, que los baños sean unisex y un largo etcétera.
Vista panorámica de Aalborg y su precioso fiordo.
Estoy convencida que el ser humano tiene un gran poder de adaptación y al final, todos los que hemos "salido fuera" conseguiremos una estabilidad emocional, profesional y seremos felices. Mi amiga Encarna esta viviendo una experiencia profesional enriquecedora en Turquía; Milly encontró el amor en USA, Sofía esta trabajando en lo suyo y junto a su pareja en Chile; mi "china" de la infancia es feliz en Argentina, Daty y Ericka también en USA, Ernesto se convirtió en cocinero en Dinamarca; mi adorado José Antonio es escritor y empresario en Canadá, etc., etc., etc...Todos ellos han sido valientes, luchadores y emprendedores. Pero no ha sido un camino de rosas, al contrario. Los peores enemigos en esta lucha son la nostalgia y la añoranza... verdad Diego?...quien tuvo que emigrar desde Costa Rica hacia Dinamarca, y aunque yo siempre le digo que es danés porque lleva 18 años aquí, siempre echa de menos su tierra.
José Antonio y sus libros.
En mi caso, cuando se ha cambiado tantas veces de país, cuando  has gastado tantas energías  en  integrarte una y otra vez, lo peor es que al final del camino ya no perteneces ni a un lado ni a otro..., aunque me queda el consuelo de ser "ciudadana del mundo". Hoy mi destino esta en Aalborg y espero que sea por muchos años porque me gusta mucho aquí; aunque ya no se si soy emigrante o inmigrante, solo se que soy Feliz.

martes, 8 de abril de 2014

Las bicicletas no son sólo para el verano

Desde pequeña escuche decir que "un niño siempre viene con un pan bajo el brazo", quizás sólo era una forma de señalar que un nacimiento es una bendición..., yo he aprovechado este dicho para ambientarlo a la vida escandinava, especialmente a Dinamarca para decir que "los daneses nacen con una bicicleta bajo el brazo", ya que es el medio de transporte más usado en este país.
A pesar de que conozco la cultura danesa hace más de una década, aún me siguen sorprendiendo. Sin ir más lejos, hace unas semanas para mi fue una proeza cruzar el puente del fiordo de Aalborg en bicicleta, con el viento en contra y el desnivel que supone esta estructura; estaba feliz por mi hazaña hasta que empecé a observar que la mayoría de ciclistas que me pasaban con rapidez rondaban entre los 65 y 75 años. Sí, los "abueletes" son súper rápidos y ágiles pedaleando fruto de una larga vida realizando esta actividad.

El medio de transporte mas usado en Dinamarca.
Pero no es sólo eso, sino que además he visto cosas poco comunes, no sólo que hablan por el móvil mientras pedalean, sino que van comiendo o fumando; pero lo más sorprendente fue ver a un hombre que iba leyendo un libro y lo cogía con las dos manos ( tengo que decir que esto último ocurrió en un pueblo muy tranquilo llamado Hjallerup y con poco tráfico); pero en Aalborg también he visto mucha gente que va con las manos en los bolsillos mientras pedalean porque hace frío y se olvidaron los guantes. Son increíbles y tienen una destreza con la bicicleta que no la pierden cuando salen de fiesta, se emborrachan y aún así regresan sus casas sin sufrir accidentes.
No importa la edad ni el trabajo, todos son iguales encima de la bicicleta.
Otra cosa a resaltar es el gran circuito de "carriles bici" que hay en Dinamarca y que permite ir en bicicleta a todos los lados, por eso no es de extrañar que  desde escolares, amas de casa, trabajadores, ejecutivos y hasta directores de banco se movilicen en este medio, incluso la reina Margarita lo hace. Además de ser un hábito saludable y respetar el medio ambiente, también se ahorra mucho dinero porque aquí el transporte público o privado es muy caro. La verdad es que da gusto ir en bicicleta, inclusive a bajas temperaturas porque un ciclista en Dinamarca tiene más derechos que los peatones y los conductores de vehículos a motor, todo el mundo respeta a los ciclistas, que gusto!...quizás por eso y los demás beneficios que he mencionado antes, aquí las bicicletas no son sólo para el verano.