lunes, 22 de julio de 2013

Perú, una explosión de sabores



Generalmente cuando una persona viaja a Sudamérica y está abierta a probar nuevos sabores descubre que la cocina de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia o Brasil, por mencionar algunos, es deliciosa, se trata de una mezcla exótica de sabores y colores que deleitan el paladar…, pero hoy quiero hablar de la comida del Perú porque el placer de comer se multiplica por dos o tres ya que la cocina peruana es una maravillosa mezcla de indigenismo, mestizaje e inmigración. Hay un dicho peruano que dice: “el que no tiene de inga tiene de mandiga” en alusión a la mezcla de razas que hay en este país y con ello también la combinación de sabores.
Arroz con pollo

La conocida como comida criolla (mezcla de productos indígenas con cocina española y comida de los esclavos negros) es una de las más sabrosas que he probado en mi vida y he tenido la suerte de comer en muy buenos lugares de España, Europa y África; no en vano el cocinero peruano Gastón Acurio ha sido triunfador en los últimos años en el famoso encuentro “Madrid Fusión”, donde participan  chefs de todas partes del mundo.
Lomo saltado

Aunque en realidad lo que quiero resaltar en esta ocasión, no es la alta Cuisine peruana, ya que no necesita apoyos extras, sino más bien deseo abrir vuestro apetito con los cientos de miles de cocineros y cocineras anónimos que hay en el Perú profundo, esos que trabajan en pequeños restaurantes sin nombres famosos, o las manos color ocre de las peruanas que cocinan en sus puestos ambulantes en las calles de este maravilloso país indígena…

Tengo la suerte de que mi Alber lo prueba todo, incluso ha comido en los llamados “agachaditos” de Quito Ecuador, en la “vivanderas” que se refugian en los algarrobos de Piura (Perú) o los puestos de completo (especie de hot dog a la chilena) de las calles de Iquique, en ninguno de estos sitios se ha enfermado y por el contrario, ha disfrutado de un suculento plato… Descubrir un país no sólo implica comer en los mejores restaurantes como los de Martín Berasategui o Karlos Arguiñano (España) o Astrid y Gastón en (Perú), sino también descubrir que en la humildad de un puesto ambulante se esconde un gran cocinero, no puedo decir a qué se debe pero quizás sea la gran calidad de productos naturales que ofrece este país, ya que dicen que si la materia prima es buena, lo demás es más fácil.

Cuy chactado



anticuchos
Os invito a descubrir el Perú profundo y comer en la Plaza  de San Francisco del Cusco un cuy chactado (conejillo de indias) u olluquito con charqui (cubértulo andino con carne seca de alpaca), un rocoto relleno en Arequipa o tamales y anticuchos (brochetas) elaboradas por manos negras en Lima…, y para acompañar estos platos siempre hay bebidas mucho más sanas que las marcas americanas como: chicha morada, hecha a base de maíz con un color especial, zumo natural de maracuyá (conocida en Europa como la fruta de la pasión) o una simple limonada, y si es invierno y estas en Perú, hay que probar el llamado “emoliente” una bebida caliente a base de hierbas naturales altamente diurética que, se dice, puede ayudar a curar afecciones urinarias.

Mención especial tienen las tartas en Perú, que maravilla!... las hay de todos los gustos y colores y lo que es mejor, a base de ingredientes frescos y naturales. En definitiva, el Perú es una explosión
Variedad de tartas hechas con frutas naturales
de sabores, olores y colores que no se pueden perder si visitan esta parte del mundo.


lunes, 15 de julio de 2013

Curiosidades del Perú



Llevo mucho tiempo sin escribir porque he estado viajando entre Perú y Chile y no he tenido la ocasión de hacerlo, esto del turismo cultural es muy cansado pero vale la pena porque es enriquecedor al cien por ciento.
Ahora mismo me encuentro en el sur del Perú, en una ciudad llamada Tacna, el lugar donde todo empezó para nuestra familia porque aquí es donde mis padres se conocieron hace casi 40 años, y ahora en el ocaso de la vida laboral de mí padre está dando sus últimos coletazos antes de empezar la etapa de la jubilación…
Tengo tantas cosas en la cabeza y tanta información que procesar y, aunque en un principio quería contar estas historias de forma ordenada, voy a empezar por el final… Esta tarde he salido a pasear por Tacna, se trata de una ciudad muy singular ya que al ser fronteriza, cuando vas por la calle se escuchan varios acentos e incluso dialectos porque transitan peruanos y chilenos, los que más, aunque también hay bolivianos y muchos indígenas con lo cual el suave tintineo del quechua y el aymara (lenguas nativas) también se aprecian por doquier. Tacna vive principalmente del comercio y del dinero que dejan los turistas chilenos que vienen por diversos motivos: desde visitar al dentista, comprar en el supermercado, comprar ropa y joyas de plata o simplemente pasar un fin de semana de fiesta, buena comida y todo muy barato ya que el peso chileno está mucho mejor situado que el sol peruano.


Esta es una ciudad de olores..., al caminar por el mercado andino donde las frutas tropicales son hermosas en sus formas pero sobre todo muy sabrosas, el sentido del olfato se agudiza; allí mismo se puede sentir el olor de la sangre de los animales recién muertos y colgados para la venta, especialmente los pollos o descubrir perfumes indígenas como la Kiwicha, la Quínoa, o Cañihua, quizás desconocidas para los turistas pero bien utilizadas por la NASA en las barritas alimenticias que dan a los astronautas cuando están en órbita. Todos estos olores mezclados pueden parecer desagradables, pero no es así, en mi caso me transportan a la niñez, ya que tuve la suerte de vivir dos años en la serranía del Perú (Puno). Además, estos olores son aderezados por las mamachas (mujer andina, sea peruana o boliviana) que con sus polleras (vestidos de varios colores), sus largas trenzas y sus enormes sonrisas, iluminan este tipo de mercados y destacan por su amabilidad y trato al cliente.

Otro punto que me ha llamado mucho la atención en Tacna es el patriotismo que tienen los tacneños, quizás porque saben que “es su deber hacer patria” en el último bastión del Perú por el sur; todos los domingos hay desfiles militares y civiles donde las Fuerzas Armadas y los escolares de primaria y secundaria marchan solemnemente por las calles de la ciudad, especialmente en el mes de julio, denominado “mes de la patria”.



Por último y no menos sorprendente para mi, han sido mis paseos por la zona comercial de Tacna, ya que cuenta con un sin número de galerías tipo mercadillos, donde se puede encontrar de todo a nivel textil, pero sobre todo, tengo que destacar que los tacneños tienen un máster en imitación de marcas, es increíble porque Alber y yo no hemos podido diferenciar una camiseta de imitación con una original de, por ejemplo la marca Nike. Le compramos a un amigo la última camiseta del Real Madrid y os puedo asegurar que no hay diferencia alguna, incluso en los sellos de agua y tan sólo por 25 soles, no sin antes “regatear” (to haggle). Pero definitivamente la mayor sorpresa me la he llevado con los maniquíes de las tiendas, todos los destinados a ropa de mujer tienen un culo extremadamente respingón, lo cual me lleva a la conclusión de que los peruanos están obsesionados con el culo de las mujeres, de hecho sólo venden pantalones “push up” y es una teoría que puedo contrastar con la gran mayoría de hombres sudamericanos que he conocido, ya que siempre hablan del culo de las mujeres. Aunque las peruanas también tienen los suyo porque ahora los maniquíes de hombres están decorados con una gran sorpresa entre las piernas y a las fotos me remito.

En definitiva, Tacna es un pequeño ejemplo del Perú y sus curiosidades.