miércoles, 19 de febrero de 2014

Vivir en Comunidad

La primera vez que tuve contacto con la cultura escandinava fue hace más de doce años cuando llegué por primera vez a Dinamarca y hasta hoy no dejan de sorprenderme, porque como diría un antiguo compañero de trabajo,  son "asquerosamente organizados y civilizados" para muchas cosas. Hoy quiero contar un sistema de convivencia que me gusta mucho y el cual estoy experimentando por segunda vez.
Como en todos lados los daneses viven en casas, pisos (departamentos) o casas de campo, dependiendo de la zona y el lugar, pero hay un sistema muy interesante y digno de admirar; vivir en una urbanización que tiene dúplex o adosados de diferentes tamaños, ya sea para personas solas o mayores, familias monoparentales o numerosas; cada adosado cuenta con un pequeño jardín (estoy convencida que los nórdicos no podrían vivir sin ellos) y todas las comodidades necesarias para la vida actual, pero lo más interesante es que este tipo de urbanizaciones cuentan con una "common house" o casa común. En el sótano está la lavandería con lavadoras, secadoras, plancha industrial, un área para realizar manualidades tipo "bricolage", etc. En la base hay un salón-comedor muy grande con un televisor gigante y una amplia cocina con todos los utensilios necesarios para preparar alimentos a un batallón, y por último, en la primera planta hay tres habitaciones completamente equipadas y un baño grande para hospedar a las visitas y así no molesten en casa y estén más cómodas y tengan privacidad; increíble pero cierto (yo estoy ahora en una guest room).

Una de las habitaciones de invitados.

Durante los días de diario (lunes a viernes) las personas que quieren cenar juntas (la cena es la comida más importante para los daneses) se anota en una lista y entonces sólo tiene que venir a la "common house", sentarse y disfrutar a mesa puesta. Claro esta que hay una "comisión voluntaria" cada semana para cocinar; lo mismo que hay que "apuntarse" en otra lista para limpiar las zonas comunes o para indicar que se va a utilizar alguna "guest room" o las lavadoras o secadoras, etc. Todo esta fríamente planeado y organizado con una precisión que ya quisieran los alemanes.
He participado en varias cenas comunes y son muy agradables, los platos son deliciosos, el ambiente es distendido y siempre ha una buena conversación entre los presentes; y por supuesto, no pueden faltar las velas para dar luz y energía positiva. He observado cómo van llegando del trabajo los vecinos y se sientan con una sonrisa en los labios. Luego de una corta sobremesa cada uno recoge su plato, lo deja en el lavavajillas y se despide, para así, a las siete y media de la tarde estar en casa y disfrutar de lo queda del día.
Terminando de cocinar, observar la hora.

Listos para cenar, van llegando los comensales.

Como los daneses son personas que respetan mucho la intimidad y el metro cuadrado de espacio individual, los cotilleos quedan a un lado y por lo tanto las discusiones también, aquí cada quien se preocupa de su vida, de no molestar a los demás y de disfrutar del tiempo libre y la naturaleza. Una gran diferencia con las cenas de verano en algunos patios de vecinos de mi querida Albacete, donde al final de temporada siempre había algún distanciamiento que a veces no se solucionaba hasta la siguiente estación. Cuanto nos queda para aprender a vivir en comunidad!!!

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