martes, 26 de marzo de 2013

Malditos estereotipos

Empiezo estas líneas haciendo un "mea culpa" porque me considero una persona abierta y con pocos prejuicios y los que tengo intento calmarlos con información para que desaparezcan..., pero a veces, no consigo aplacar mis clichés y eso me avergüenza. Hace pocas semanas recopilé ropa de Alber (mi marido) prendas que por el uso, el desuso o la variación de peso, ya no necesitaba. Jerseys, camisetas, zapatillas y pantalones, todas fueron a parar a una bolsa en el maletero del coche, para que cuando circulara por las calles de Albacete y viera a un negro de su misma estatura, se las pudiera dar. Cuando se trata de mi ropa, suelo dejarla en el contenedor de ropa reciclada, pero la de Alber, me gusta entregarla en persona, me siento bien con ello.
Pero después de varias semanas en el maletero del coche decidí que el invierno iba a pasar sin que nadie pudiera dar buen uso de mi cargamento, así que opté por acercarme a la carretera de Las Peñas y buscar a los pobres negros (inmigrantes africanos en peligro de exclusión social) que viven en las casas deshabitadas de la zona; entonces pensé que sería buena idea llevar también un paquete con alimentos y así lo hice. Muy contenta por mi futura acción empecé a deambular con el coche por dicha carretera, no sin exponerme a algún accidente porque la verdad es que no soy muy buena conductora (esto nunca lo diré delante de Alber), hasta que encontré un edificio abandonado y aparqué el coche. No veía a nadie en el interior y la verdad es que no quise aventurarme mucho, de repente en el primer piso (segunda planta en Sudamérica) apareció un hombre blanco gritando algo en su idioma, yo creo que era rumano; la verdad es que me asusté y retrocedí hacia la carretera. Malditos estereotipos (reflexioné mucho más tarde), quizás el pobre rumano sólo me estaba preguntando qué quería o si me había perdido y necesitaba ayuda, pero afloraron a mi mente los tópicos que nos enseñan en el día a día, en el boca a boca de las conversaciones sobre los rumanos y especialmente los rumanos-gitanos. Lo siento, no pude superar mis malditos prejuicios y prometo que la próxima vez lo intentaré.
Menos mal que cuando estaba en la carretera apareció un negro en bicicleta (no pude evitar admirar su hermoso rostro cuando lo detuve abruptamente), le conté mi propósito y llamó a algunas personas que estaban dentro del edificio, aparecieron tres hombres de raza negra y la expresión de mi cara cambió; pido disculpas y  otra vez  entono el "mea culpa", pero esta vez en positivo y esto se debe a que he sido criada por un maravilloso hombre negro y en este caso mi estereotipo hacia esta raza es totalmente en positivo porque tengo el mejor padre del mundo. Tuve la osadía de contarle a mi colaborador inesperado que había sentido miedo cuando salió el hombre blanco que parecía rumano y él respondió "eso es normal"; es decir, no soy la única que tiene algún recelo sobre las personas de acuerdo a su raza, que terrible, espero que esto podamos cambiarlo algún día, aunque el trabajo para destruir los malditos estereotipos es muy arduo. Yo prometo intentarlo cada día y espero que vosotros también después de leer esta anécdota.

8 comentarios:

  1. Gracias por esta anecdota es rica en informacion y si vivimos con ideas creadas y comenzamos a clasificar a las persona dejandonos llevar por los estereotipos

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    1. Quiero contar anécdotas de este estilo para ayudar a reflexionar, espero que sigas conmigo y mil gracias por leerme.

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  2. ¡¡¡Me encantó!!! y es que eso de tenerle miedo a los blancos te quedo genial. No sabes lo mucho que lo he disfrutado.
    Los estereotipos son injustos, muchas veces leyendas urbanas que tristemente se heredan generación tras generación. Los estereotipos son peligrosos calificativos que muchas veces castran oportunidades de conocer, aprender y simplemente vivir.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Efectivamente querido, por eso hay que luchar día a día para vencer nuestros prejuicios. Besos

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  4. Me gusto mucho y realmente te imagino retrocediendo, comparto por completo tu idea.

    Creo que aunque no son bueno son normales tener estereotipos no solo sobre raza, religión, sexo y otros, la sociedad te bombardea con mil información y no siempre filtramos todo, hacemos nuestras las experiencias de otros, nuestro su dolor, enojo y hasta frustraciones y las convertimos “estereotipos” juzgamos sin saber, puede ser un mecanismo de defensa pero que podemos cambiar si queremos y si tenemos la fuerza.

    Cuanto podemos ver el lado bueno de las cosas y de la gente?

    Como nota yo adoro a los perros, a todos y soy fiel creyente de que el perro es como su dueño lo cría pero no olvido el día en que sentí pánico cuando conocí a Cena, la pitbull mas tranquila que se puedan imaginar, solo porque se acerco a mi hijo, tuve que mantenerme al margen para controlar mi temor y ella no lo oliera… porque? Si tengo perros desde que tengo memoria y no cualquier perro, todos de raza grande!

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  5. Muy bien negrita, es bueno reflexionar sobre las cosas. Besos

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  6. Ay mi chilena... solidaria, aventurera, graciosa. Creo que como te dijo el negrito, a cualquiera le hubiese pasado. Es triste pero es así. A veces olvidamos que gente mala y buena hay en todas las razas, pero siempre se teme a lo que se desconoce. Besitos.

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